"Es tan importante cuidarse y valorar la vida que tenemos, que no somos conscientes de ello hasta que pasa algo"
Ciertamente, esta frase la hemos oído miles de veces en muchos sitios, y son todas esas veces las que hemos caído en la cuenta de que es la cruda realidad, pero cuando pasan unas semanas, meses, o incluso un sólo día, nos olvidamos de esto. Nosotros, estamos rodeados de gente que nos quiere, cosas que nos facilitan el llevar el día a día... Cosas que vemos como algo normal que se puede conseguir en cualquier sitio, y eso, nos lleva a no darle el valor que tiene, hasta que realmente lo pierdes y te castigas a tí mismo el no haber pensado y valorado lo que tenías entre manos. Es entonces, cuando piensas en esos momentos en los que tanto te ha ayudado esa cosa que en un principio era fácilmente substituible, pero después, cuando estás tú solo te preguntas por qué esa cosa tan simple que no pensabas que se fuera a diluir tan rápidamente ya no está y te ha dejado un gran vacío.
En el caso de Pablo, un chico joven que parecía tener buena salud, se encontró, de repente, con un obstáculo, que le hizo darse cuenta de lo que había perdido en un segundo, no poder hacer deporte, salir a la calle... Sin embargo, el tener que pasar minutos, horas y días metido en el hospital, le hizo pensar y disfrutar de las pequeñas cosas que por muy insignificantes que sean hacen que tu vida sea mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario