Disertación filosófica (unidad 1)

En esta entrada voy a realizar la disertación filosófica del tema 1, ¿Qué es lo real el cambio o la permanencia?

¿Eres el mismo que hace tres años, o has cambiado?¿Existe la permanencia o todo nuestro alrededor es cambio constante? Esta es una de las muchas preguntas que se han hecho los filósofos varios siglos atrás, unos de ellos, como Parménides, decían que "todo lo que hay, ha existido siempre" y otros otros, como Heráclito que "la realidad es cambio". ¿Con quién estas de acuerdo? Asimismo, estos filósofos para demostrar su postura se han apoyado en varios ejemplos, entre ellos el más conocido es el que desarrolla Heráclito, en el que explica que no podemos descender dos veces al mismo río porque, la segunda vez, ni tú ni el río sois iguales. ¿Apoyas esta idea? ¿El río es diferente, o mejor, tú eres diferente? Pero... ¿No sigues teniendo las mismas piernas, los mismos ojos...?

En primer lugar, voy a hablar acerca de las dos posturas apoyándome de ejemplos y comentando los filósofos que se interesaron en buscar razones para apoyar su posición.

¿Existe la permanencia o todo nuestro alrededor es cambio? En nuestra vida diaria todo es constante cambio, para que se entienda de una forma más clara voy a poner un ejemplo que creo que se visualiza y se comprende mejor. Todos conocemos esa tiza que utilizan los profesores hora tras hora, que empieza con 10 cm de largo, luego se va desgastando, va cambiando de forma... Hasta que finalmente es tan pequeña que ni se utiliza. Esa tiza es igual que nosotros, día tras día nuestro físico va cambiando, al día siguiente puede estar más fuerte, más delgado... Y no sólo cambiamos físicamente, sino que también nuestra mentalidad, nuestra forma de ser, evoluciona cada día más, puede cambiar a mejor o a peor, pero la realidad es que aunque no nos demos cuenta, es así. Es por ello, por lo que, como se ha mencionado anteriormente Heráclito comenta que la realidad es cambio, que no hay nada constante, con su ejemplo del río y el hombre. La primera vez el río lleva un agua y tú te metes siendo de una determinada manera, pero cuando te vuelves a meter la segunda vez, en el río corre otra agua distinta y tú has evolucionado, tanto física como mentalmente.

Sin embargo, es cierto que nuestra forma de ser cambia y por fuera somos diferentes, aunque diferentes no es la palabra más apropiada, la adecuada sería cambiados, pero al fin y al cabo... ¿No dejamos de ser los mismos? Para que lo entendáis mejor, vuelvo a poner el ejemplo dicho anteriormente. Es verdad que la tiza ha cambiado de forma, se ha desgastado... Pero... ¿Deja de ser lo que realmente es?¿Ya no es una tiza? No dejamos de ser lo que somos porque algunos aspectos de nosotros hayan cambiado. Es cierto que hay un tú niño, adolescente, mayor y anciano, pero al fin y al cabo en esencia no dejas de ser tú. Esta idea está vinculada con el filósofo presocrático, Demócrito, que une las ideas de Parménides y Heráclito, explicando mediante su teoría, que toda la materia está compuesta por partículas pequeñas e indivisibles llamadas átomos, esa esencia eterna que nunca cambia, que ni se crea ni se destruye (idea de Parménides). Asimiso, los movimientos en el vacío de estos exlicaban las ideas de Heráclito.

En conclusión, yo estoy de acuerdo con las dos ideas que proponen Heráclito y Parménides, es decir, con la idea de Demócrito, dado que sí es cierto que nuestro cuerpo sufre cambios constantes, así como nuestra personalidad, que cada segundo que pasa somos distinos, pero en esencia seguimos siendo los mismos, a pesar de mis cambios, yo he sido Cristina, ahora soy Cristina y el día de mañana seguiré siendo Cristina. Por lo tanto, como decía Demócrito: "Solo existen átomos y espacio vacío, todo lo demás son opiniones".